martes, 11 de diciembre de 2007

OCTUBRE de "El libro de Juan"


“el mes más cruel / porque engendra lilas de la tierra muerta”
Elliot

Ahora que sobre mi cuerpo piensan los albatros
y las dulces torcazas
picos agudos enredados en una luz clara y feroz
la luz de la tarde que termina
voy dejando cada letra sobre el camino de las arenas
y cada letra es un nombre, quizás el tuyo
mínimo y vulnerable con sus vocales llenas de olor a pan
y a intensos mares verdes y olvidados
Algo leí mal, un símbolo oculto
para que la vida se derrumbara en escrituras
lacias, en criaturas que se comían los ojos para no ver
para acechar el ciego triste merecido crepúsculo
Ahora él llega, quizás llegas
y no puedo girar para obligar a la muerte
a vestirse con linos blancos y coronar su cabeza de gardenias
Se ha sentado en su sillita en la plaza
se mece en el corazón
atraviesa con agujas la mano que escribe tu nombre
después de tantos años, cada letra del mar que regresa
cada mísera letra diciendo al fin lo verdadero
la exigua luz que se reparte entre dos mendicantes
si antes logran abdicar de toda esperanza
Entonces en la suma de toda palabra
con su cuerpo desnudo
estamos nosotros como un discurso inacabado
el bosque de los fresnos
la casa pequeña frente al mar
el espejo dorado donde viven espectros de leche sombra
y ese nombre que vuelve, quizás el tuyo
tropezando con un tiempo colmado de congojas
para completar la luz macilenta
hacerse materia de sueños, octubre decidor de lilas
sobre la tierra muerta
en el lugar donde los desiertos levantan sus carpas
de solitarios y mercaderes
y hay pájaros de cera que nos miran como en otras fatales
primaveras
Algo leí mal o algo que debí decirte
cuando las palabras con óxidos y furias
soportaban el final de la tarde
Algo que era el origen de una luz continuada
y que no estaba dispuesto a morir
hasta que vos llegaras como quien nunca se ha ido.
y escribieras las letras gozosas sobre el camino de arenas
sin comprender, tal vez, que yo andaba entre los héroes y los
guerreros
cerrando cuidadosamente las puertas de la noche
y que nada podía hacer
más que inclinar mi muerte sobre tu cabeza que canta
Las feroces lilas de octubre
con sus vestiduras blancas sobre tu pecho herido

* Inédito, 2003