lunes, 22 de octubre de 2007

LA PRÓXIMA PRIMAVERA de "El libro de Juan"

Has escuchado el levísirno temblar de las hojas que se duermen
en las espaldas de los limoneros
antes que los azahares de Octubre irrumpan con esa melodía seca
que semeja una herida, el corte preciso de la bienaventuranza
Yo no estaré para entonces, porque recogi mis muertos
y traté de llevarlos hasta el limite de la luz, pero no fue posible
Abrí los ojos empañados y miré de nuevo el sostén de la belleza
o la esperanza
pero las palabras sonaron como dijes rotos y la muralla del llanto
se opuso tenazmente desde el frío
Pero vos has escuchado las voces secretas de la hermosa tierra
y aún esperas frente a muros roídos
la hoja tenebrosa de la primavera, su obstinada forma de nacimiento
como una criatura ciega que nace y nace entre las piernas
un instante antes de que se queje, pierda su casa de tejidos rosados
y sangre fresca
Pero yo he olvidado cómo se espera
y sé que un día más es una carga insoportable
Un solo, lentisimo rayo de luz
un ramo de azahares
ya no podrían ser resistidos, alzados por un cuerpo de cenizas
Todo lo que no alcancé a tocar, los mares, las praderas
el rostro amado, la alucinación de los peces y los panes
todo lo que no fue, muere conmigo
todo lo que he perdido, muere conmigo
Pero abre un sitio, una zona de esplendor
como si alguien dejara de llorar
ya no lloraremos por los viajes que no hicimos
por el maldito amor, por la forma en que morimos en otro Octubre
bellamente, con todas las luces encendidas
Aún prometes que en la espalda reseca de los limoneros
hay un temblor de hojas, el remoto perfume de los azahares
Gravemente, casi sin pensarlo
golpeo los hielos del camino
para que cruces solo y solemne hacia la próxima primavera